Así, no se consiguen socios...

Primero dijo que no. Después, tras nueva bronca, accedió. Había transcurrido menos de una semana desde el entierro del padre de mi amiga, el abuelo del niño. Y aprovechó la ceremonia del bautizo para volver a echarles la bronca por no estar casados, delante de todos, a modo de escarnio público, de forma insistente, repetitiva, aburrida, tediosa... todos los presentes teníamos ganas de soltarle cuatro palabritas... pero el alzacuellos juega en casa, así que al final, por no armarla, todos aguantamos el chaparrón.